martes, 18 de mayo de 2010

Yerba bruja

Yerba bruja

Caminando por el monte
ví acercándose una estrella.
Yerba bruja me ató al pie.
Sentí pesada la lengua.

Debajo de los anones
un arco lanzó su flecha
que era rastro luminoso
de cucubano o luciérnaga.

Seguí andando, seguí andando
sin saber rumbo ni senda.

A un clamor de seboruco
llegué al fin.
Froté la muesca
y aspiré el humo sagrado
que hace la boca profeta.

¡Bateyes del Otuao
para la danza guerrera!

Tú gritaste, ¡Manicato!
Y yo, encima de la puerta,
cuando la noche acababa
colgué mi collar de piedra


Este es un poema donde se ve reflejado nuestro pasado taíno. Se ve de alguna forma la valentía del guerrero taíno, que sigue hacia adelante a pesar de los obstáculos del camino. El título del poema es como una comparación indirecta con la fortaleza que podían tener los taínos, ya que la yerba bruja era una planta con mucho poder de resistencia y con muchos más atributos. El uso de la flecha es lo que nos ayuda a entender que podía ser un indio guerrero, pero también puede haber sido un taíno brujo, ya que, habla del humo sagrado y esto hace alusión a las yerbas que utilizaban estos brujos que producían humos alucinógenos. Ya al final, podemos concluir que este indígena valiente llego a su casa luego de una fuerte travesía.

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