Pared de la Soledad
El carro, lentamente, va saliendo de Ciales,
detrás de una alazana, rucia, caballería,
y entra en los campos húmedos de crespos pastizales,
por donde el río traza su torva geometría.
(Yo sueño. El campo es nuestro. Los altos matorrales
cruzar, a rienda suelta, mi caballo podría,
frente a la enardecida tropa de los leales
y entre el aplauso unánime de la fusilería.)
Trenzan las trepadoras sus vegetales redes
sobre la cal nevada de las bravas paredes.
La curva repentina dice su brevedad.
Y un grito, como un látigo, sobre el campo tendido
prende múltiples voces del silencio dormido
en aquella mentida pared de soledad.
Corretjer en este poema hace alusión a la naturaleza de su pueblo, al campo y a todo lo que lo compone. Aquí se puede apreciar los diferentes aspectos que hacen nuestros paisajes, el río, vegetales, campo y hasta los caballos. Al referirse a un carro, se refiere a un viaje en el cual puede apreciar los campos, pastizales, matorrales y la naturaleza en general. Habla sobre la pared de soledad como mentida refiriéndose a que no es cierta, a que es engañosa, pues se escucha un grito “como un látigo”.
martes, 18 de mayo de 2010
Inriri Cahuvial
Inriri Cahuvial
Envuelta en un remolino
De alas, te vi primero,
Vi el resplandor de tus ojos
Y vi tu pelo.
Cabellera de noche clara
Con tabonucos vueltos luceros, vueltos cometas:
Y ojos en los que arden llanos y cerros
Con quemazones alucinantes
De cucubanos revoloteando sobre un espejo.
Borrando todo sobre mi frente
Pasó un recuerdo que ya no era solo recuerdo.
Llevando todo consigo, todo,
Pasó una ráfaga que ya no era solo viento.
Bajo tu pelo, bajo tu frente, bajo tus ojos,
Que no eran ojos, ni era ya frente, ni aun en pelo,
Sino ramaje, sino rocío que me miraba desde las hojas:
Hacia esa forma que era tu tronco siendo tu cuerpo,
Se fue volando lo que yo era, lo que yo he sido:
Con las dos alas, y con las unas, y con el pico del carpintero.
En este poema se pueden apreciar dos mitos distintos, el del hombre proveniente del árbol y el de la mujer. Corretjer presenta la creación de la mujer como el producto de la intervención del pájaro carpintero. Es un poema muy interesante en el que el autor al final del poema se refiere a sí mismo como ese pájaro carpintero que interviene en la creación de las mujeres. Se puede ver la participación del pájaro en la creación de la mujer al decir: “Envuelta en un remolino de alas”. Esta sexualidad que presenta Corretjer, la presenta de una forma muy sutil que envuelve el resplandor de sus ojos, su cabellera, los luceros y cucubanos. Corretjer utiliza un asombroso juego de palabras que están llenos de mucha sensualidad y pasión pero una forma muy sutil.
Envuelta en un remolino
De alas, te vi primero,
Vi el resplandor de tus ojos
Y vi tu pelo.
Cabellera de noche clara
Con tabonucos vueltos luceros, vueltos cometas:
Y ojos en los que arden llanos y cerros
Con quemazones alucinantes
De cucubanos revoloteando sobre un espejo.
Borrando todo sobre mi frente
Pasó un recuerdo que ya no era solo recuerdo.
Llevando todo consigo, todo,
Pasó una ráfaga que ya no era solo viento.
Bajo tu pelo, bajo tu frente, bajo tus ojos,
Que no eran ojos, ni era ya frente, ni aun en pelo,
Sino ramaje, sino rocío que me miraba desde las hojas:
Hacia esa forma que era tu tronco siendo tu cuerpo,
Se fue volando lo que yo era, lo que yo he sido:
Con las dos alas, y con las unas, y con el pico del carpintero.
En este poema se pueden apreciar dos mitos distintos, el del hombre proveniente del árbol y el de la mujer. Corretjer presenta la creación de la mujer como el producto de la intervención del pájaro carpintero. Es un poema muy interesante en el que el autor al final del poema se refiere a sí mismo como ese pájaro carpintero que interviene en la creación de las mujeres. Se puede ver la participación del pájaro en la creación de la mujer al decir: “Envuelta en un remolino de alas”. Esta sexualidad que presenta Corretjer, la presenta de una forma muy sutil que envuelve el resplandor de sus ojos, su cabellera, los luceros y cucubanos. Corretjer utiliza un asombroso juego de palabras que están llenos de mucha sensualidad y pasión pero una forma muy sutil.
Pictografía
Pictografía
Caía un sol todo Borinquén sobre
mi frente descubierta.
Yo me acerqué en silencio, conmovido,
hasta esa hipnósis que grabó una estrella,
no sé en que ardiente areyto de presagio,
para que esta mañana se leyera.
—Recoge tu Destino, Borincano,
en esta luz que se ha tornado pétrea.
Ni sol, ni lluvia; ni traición, ni nada,
podrá borrar lo que se ha escrito en piedra!—
Este poema es una llamado a que no olvidemos nuestra patria, que luchemos por ella hasta el final, sin importar que pase. Al referirse a lo escrito en las piedras se refiere a que nuestra patria seguirá siempre fija en nuestras vidas y en nuestros pensamientos, de generación en generación, al igual que lo escrito en las piedras, algo que no se borra nunca sin importar cuánto tiempo pase ni a cuantas tempestades esté expuesta.
Caía un sol todo Borinquén sobre
mi frente descubierta.
Yo me acerqué en silencio, conmovido,
hasta esa hipnósis que grabó una estrella,
no sé en que ardiente areyto de presagio,
para que esta mañana se leyera.
—Recoge tu Destino, Borincano,
en esta luz que se ha tornado pétrea.
Ni sol, ni lluvia; ni traición, ni nada,
podrá borrar lo que se ha escrito en piedra!—
Este poema es una llamado a que no olvidemos nuestra patria, que luchemos por ella hasta el final, sin importar que pase. Al referirse a lo escrito en las piedras se refiere a que nuestra patria seguirá siempre fija en nuestras vidas y en nuestros pensamientos, de generación en generación, al igual que lo escrito en las piedras, algo que no se borra nunca sin importar cuánto tiempo pase ni a cuantas tempestades esté expuesta.
Guanín
Guanín
Porque me pusiste al pecho
este guanín relumbrante,
he de andar, el hacha en mano,
y la muerte por delante.
Mano que unciste a mi cuello
el guanín del batallar:
con mi cemí, con mi flecha,
¡conmigo te enterrarán!
Un poema bastante corto, pero que contiene una realidad muy intensa de la vida del taíno guerrero. El guanín, símbolo de nobleza, le atribuye una gran responsabilidad y un gran peso sobre su espalda. Es muy impresionante como este taíno asume su responsabilidad y su suerte sin ningún tipo de problema, dispuesto a morir por su rango de líder.
Porque me pusiste al pecho
este guanín relumbrante,
he de andar, el hacha en mano,
y la muerte por delante.
Mano que unciste a mi cuello
el guanín del batallar:
con mi cemí, con mi flecha,
¡conmigo te enterrarán!
Un poema bastante corto, pero que contiene una realidad muy intensa de la vida del taíno guerrero. El guanín, símbolo de nobleza, le atribuye una gran responsabilidad y un gran peso sobre su espalda. Es muy impresionante como este taíno asume su responsabilidad y su suerte sin ningún tipo de problema, dispuesto a morir por su rango de líder.
Yerba bruja
Yerba bruja
Caminando por el monte
ví acercándose una estrella.
Yerba bruja me ató al pie.
Sentí pesada la lengua.
Debajo de los anones
un arco lanzó su flecha
que era rastro luminoso
de cucubano o luciérnaga.
Seguí andando, seguí andando
sin saber rumbo ni senda.
A un clamor de seboruco
llegué al fin.
Froté la muesca
y aspiré el humo sagrado
que hace la boca profeta.
¡Bateyes del Otuao
para la danza guerrera!
Tú gritaste, ¡Manicato!
Y yo, encima de la puerta,
cuando la noche acababa
colgué mi collar de piedra
Este es un poema donde se ve reflejado nuestro pasado taíno. Se ve de alguna forma la valentía del guerrero taíno, que sigue hacia adelante a pesar de los obstáculos del camino. El título del poema es como una comparación indirecta con la fortaleza que podían tener los taínos, ya que la yerba bruja era una planta con mucho poder de resistencia y con muchos más atributos. El uso de la flecha es lo que nos ayuda a entender que podía ser un indio guerrero, pero también puede haber sido un taíno brujo, ya que, habla del humo sagrado y esto hace alusión a las yerbas que utilizaban estos brujos que producían humos alucinógenos. Ya al final, podemos concluir que este indígena valiente llego a su casa luego de una fuerte travesía.
Caminando por el monte
ví acercándose una estrella.
Yerba bruja me ató al pie.
Sentí pesada la lengua.
Debajo de los anones
un arco lanzó su flecha
que era rastro luminoso
de cucubano o luciérnaga.
Seguí andando, seguí andando
sin saber rumbo ni senda.
A un clamor de seboruco
llegué al fin.
Froté la muesca
y aspiré el humo sagrado
que hace la boca profeta.
¡Bateyes del Otuao
para la danza guerrera!
Tú gritaste, ¡Manicato!
Y yo, encima de la puerta,
cuando la noche acababa
colgué mi collar de piedra
Este es un poema donde se ve reflejado nuestro pasado taíno. Se ve de alguna forma la valentía del guerrero taíno, que sigue hacia adelante a pesar de los obstáculos del camino. El título del poema es como una comparación indirecta con la fortaleza que podían tener los taínos, ya que la yerba bruja era una planta con mucho poder de resistencia y con muchos más atributos. El uso de la flecha es lo que nos ayuda a entender que podía ser un indio guerrero, pero también puede haber sido un taíno brujo, ya que, habla del humo sagrado y esto hace alusión a las yerbas que utilizaban estos brujos que producían humos alucinógenos. Ya al final, podemos concluir que este indígena valiente llego a su casa luego de una fuerte travesía.
Oubao-Moin
Oubao-Moin
El río de Corozal, el de la leyenda dorada.
La corriente arrastra oro. La corriente está ensangrentada.
El Río Manatuabón tiene la leyenda dorada.
La corriente arrastra oro. La corriente está ensangrentada.
El rio Cibuco escribe su nombre con letra dorada.
La corriente arrastra oro. La corriente está ensangrentada.
Allí se inventó un criadero. Allí el quinto se pagaba.
La tierra era de oro. La tierra está ensangrentada.
En donde hundió la arboleda su raíz en tierra dorada,
allí las ramas chorrean sangre. La arboleda está ensangrentada.
Donde dobló la frente india, bien sea tierra, bien sea agua,
bajo el peso de la cadena, entre los hierros de la ergástula,
allí la tierra hiede a sangre y el agua está ensangrentada.
Donde el negro quebró sus hombros, bien sea tierra o sea agua,
y su cuerpo marcó el carimbo y abrió el látigo su espalda,
allí la tierra hiede a sangre y el agua está ensangrentada.
Donde el blanco pobre ha sufrido los horrores de la peonada,
bajo el machete del mayoral y la libreta de jornada
y el abuso del señorito, allí sea tierra o allí sea agua,
allí la tierra está maldita y corre el agua envenenada.
Gloria a esas manos aborígenes porque trabajaban.
Gloria a esas manos negras porque trabajaban.
Gloria a esas manos blancas porque trabajaban.
De entre esas manos indias, negras, blancas,
de entre esas manos nos salió la patria.
Gloria a las manos que la mina excavaran.
Gloria a las manos que el ganado cuidaran.
Gloria a las manos que el tabaco, que la caña y el café sembraran.
Gloria a las manos que los pastos talaran.
Gloria a las manos que los bosques clarearan.
Gloria a las manos que los ríos y los caños y los mares bogaran.
Gloria a las manos que los caminos trabajaran.
Gloria a las manos que las casas levantaran.
Gloria a las manos que las ruedas giraran.
Gloria a las manos que las carreteras y los coches llevaran.
Gloria a las manos que las mulas y caballos ensillaran y desensillaran.
Gloria a las manos que los hatos de cabras pastaran.
Gloria a las manos que cuidaron de las piaras.
Gloria a las manos que las gallinas, los pavos y los patos criaran.
Gloria a todas las manos de todos los hombres y mujeres que trabajaron.
Porque ellas la patria amasaran.
Y gloria a las manos, a todas las manos que hoy trabajan
porque ellas constuyen y saldrá de ellas la nueva patria liberada.
¡La patria de todas las manos que trabajan!
Para ellas y para su patria, ¡Alabanza!, ¡Alabanza!
Este es un poema de historia, desde los indígenas hasta los pobres jíbaros trabajadores; es como un orden cronológico de sufrimientos, dolor y muerte. Corretjer nos muestra que para llegar a ser la patria que hoy somos nuestra tierra tuvo que pasar por muertes, atropellos, humillaciones y todo tipo de mal trato. Esta tierra está llena de la sangre de indígenas y negros, y del sudor de la frente de los blancos pobres que surgieron de la mezcla de las razas. Pero gracias a todo ese trabajo, todo ese esfuerzo sobrehumano, todo ese abuso, surgió algo de lo que podemos estar ahora muy orgullosos: nuestra bella patria y nuestra cultura única.
El río de Corozal, el de la leyenda dorada.
La corriente arrastra oro. La corriente está ensangrentada.
El Río Manatuabón tiene la leyenda dorada.
La corriente arrastra oro. La corriente está ensangrentada.
El rio Cibuco escribe su nombre con letra dorada.
La corriente arrastra oro. La corriente está ensangrentada.
Allí se inventó un criadero. Allí el quinto se pagaba.
La tierra era de oro. La tierra está ensangrentada.
En donde hundió la arboleda su raíz en tierra dorada,
allí las ramas chorrean sangre. La arboleda está ensangrentada.
Donde dobló la frente india, bien sea tierra, bien sea agua,
bajo el peso de la cadena, entre los hierros de la ergástula,
allí la tierra hiede a sangre y el agua está ensangrentada.
Donde el negro quebró sus hombros, bien sea tierra o sea agua,
y su cuerpo marcó el carimbo y abrió el látigo su espalda,
allí la tierra hiede a sangre y el agua está ensangrentada.
Donde el blanco pobre ha sufrido los horrores de la peonada,
bajo el machete del mayoral y la libreta de jornada
y el abuso del señorito, allí sea tierra o allí sea agua,
allí la tierra está maldita y corre el agua envenenada.
Gloria a esas manos aborígenes porque trabajaban.
Gloria a esas manos negras porque trabajaban.
Gloria a esas manos blancas porque trabajaban.
De entre esas manos indias, negras, blancas,
de entre esas manos nos salió la patria.
Gloria a las manos que la mina excavaran.
Gloria a las manos que el ganado cuidaran.
Gloria a las manos que el tabaco, que la caña y el café sembraran.
Gloria a las manos que los pastos talaran.
Gloria a las manos que los bosques clarearan.
Gloria a las manos que los ríos y los caños y los mares bogaran.
Gloria a las manos que los caminos trabajaran.
Gloria a las manos que las casas levantaran.
Gloria a las manos que las ruedas giraran.
Gloria a las manos que las carreteras y los coches llevaran.
Gloria a las manos que las mulas y caballos ensillaran y desensillaran.
Gloria a las manos que los hatos de cabras pastaran.
Gloria a las manos que cuidaron de las piaras.
Gloria a las manos que las gallinas, los pavos y los patos criaran.
Gloria a todas las manos de todos los hombres y mujeres que trabajaron.
Porque ellas la patria amasaran.
Y gloria a las manos, a todas las manos que hoy trabajan
porque ellas constuyen y saldrá de ellas la nueva patria liberada.
¡La patria de todas las manos que trabajan!
Para ellas y para su patria, ¡Alabanza!, ¡Alabanza!
Este es un poema de historia, desde los indígenas hasta los pobres jíbaros trabajadores; es como un orden cronológico de sufrimientos, dolor y muerte. Corretjer nos muestra que para llegar a ser la patria que hoy somos nuestra tierra tuvo que pasar por muertes, atropellos, humillaciones y todo tipo de mal trato. Esta tierra está llena de la sangre de indígenas y negros, y del sudor de la frente de los blancos pobres que surgieron de la mezcla de las razas. Pero gracias a todo ese trabajo, todo ese esfuerzo sobrehumano, todo ese abuso, surgió algo de lo que podemos estar ahora muy orgullosos: nuestra bella patria y nuestra cultura única.
Boricua en la luna
Boricua en la luna
Desde las ondas del mar
que son besos a su orilla,
una mujer de Aguadilla
vino a New York a cantar.
Pero no, solo a llorar
un largo llanto y morir.
De ese llanto yo nací
como la lluvia una fiera.
Y vivo en larga espera
de cobrar lo que perdí.
Por un cielo que se hacía
mas feo mas más volaba
a Nueva York se acercaba
un peón de Las Marías
Con la esperanza, decía,
de un largo día volver.
Pero antes me hizo nacer
Y de tanto trabajar
se quedo sin regresar:
reventó en un taller.
De una lagrima soy hijo
y soy hijo del sudor
y fue mi abuelo el amor
único en mi regocijo
del recuerdo siempre fijo
en aquel cristal del llanto
como quimera en el canto
de un Puerto Rico de ensueño
y yo soy Puertorriqueño,
sin na, pero sin quebranto.
Y el "echón" que me desmienta
que se ande muy derecho
no sea en lo más estrecho
de un zaguán pague la afrenta.
Pues según alguien me cuenta:
dicen que la luna es una
sea del mar o sea montuna.
Y así le grito al villano:
yo sería borincano
aunque naciera en la luna.
Este poema es uno lleno de recuerdos nostálgicos, pero también lleno de una triste realidad que tuvieron que vivir los puertorriqueños en tiempos pasados debido a la gran pobreza del momento. La nostalgia se ve reflejada cuando dice que él vive esperando volver a tener lo que desde que nació le quitaron. También expresa una cierta admiración por sus padres porque ambos sufrieron mucho, debido al gran trabajo y sacrificio que tuvieron que hacer, para poder darle un mejor porvenir a su hijo. Al final del poema, Corretjer deja fuera la nostalgia y deja ver el sentimiento de orgullo y la valentía para enfrentar a todo aquel extranjero que quiera desmentir lo que él es, un boricua.
Desde las ondas del mar
que son besos a su orilla,
una mujer de Aguadilla
vino a New York a cantar.
Pero no, solo a llorar
un largo llanto y morir.
De ese llanto yo nací
como la lluvia una fiera.
Y vivo en larga espera
de cobrar lo que perdí.
Por un cielo que se hacía
mas feo mas más volaba
a Nueva York se acercaba
un peón de Las Marías
Con la esperanza, decía,
de un largo día volver.
Pero antes me hizo nacer
Y de tanto trabajar
se quedo sin regresar:
reventó en un taller.
De una lagrima soy hijo
y soy hijo del sudor
y fue mi abuelo el amor
único en mi regocijo
del recuerdo siempre fijo
en aquel cristal del llanto
como quimera en el canto
de un Puerto Rico de ensueño
y yo soy Puertorriqueño,
sin na, pero sin quebranto.
Y el "echón" que me desmienta
que se ande muy derecho
no sea en lo más estrecho
de un zaguán pague la afrenta.
Pues según alguien me cuenta:
dicen que la luna es una
sea del mar o sea montuna.
Y así le grito al villano:
yo sería borincano
aunque naciera en la luna.
Este poema es uno lleno de recuerdos nostálgicos, pero también lleno de una triste realidad que tuvieron que vivir los puertorriqueños en tiempos pasados debido a la gran pobreza del momento. La nostalgia se ve reflejada cuando dice que él vive esperando volver a tener lo que desde que nació le quitaron. También expresa una cierta admiración por sus padres porque ambos sufrieron mucho, debido al gran trabajo y sacrificio que tuvieron que hacer, para poder darle un mejor porvenir a su hijo. Al final del poema, Corretjer deja fuera la nostalgia y deja ver el sentimiento de orgullo y la valentía para enfrentar a todo aquel extranjero que quiera desmentir lo que él es, un boricua.
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